El pasado 28 de marzo falleció a los 97 años de edad Antonio del Conde Pontones, más conocido como “El Cuate”, un mexicano que jugó un papel clave en la historia de la Revolución Cubana. Su nombre está ligado al yate Granma, la emblemática embarcación que transportó a los 82 revolucionarios liderados por Fidel Castro desde Tuxpan hasta las costas cubanas en 1956.
¿Quién fue “El Cuate” y cómo se involucró en la causa cubana? Nacido en Manhattan en 1926, hijo de padres mexicanos, Antonio del Conde se estableció en México desde niño y se dedicó al negocio de las armas. En 1955 conoció a Fidel Castro en su tienda de armería y quedó impresionado por su carisma y su proyecto de liberar a Cuba de la dictadura de Fulgencio Batista. Desde entonces, se convirtió en un fiel colaborador y amigo de Fidel, Raúl y el Che, a quienes apoyó con armas, dinero y contactos.
Su aporte más importante fue la compra y reparación del yate Granma, una vieja embarcación deportiva que encontró en un puerto de Tampico. Conde negoció el precio con el dueño estadounidense y se encargó de ponerla a punto para la travesía. También consiguió el permiso para zarpar desde Tuxpan, donde se encontraban los expedicionarios cubanos. El 25 de noviembre de 1956, “El Cuate” despidió a Fidel y sus compañeros con un abrazo y les deseó suerte.
Después de la partida del Granma, Conde siguió enviando armas y municiones a Cuba, lo que le valió ser detenido y encarcelado por las autoridades mexicanas durante casi un año. Tras su liberación, viajó a Cuba para celebrar el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 junto a sus amigos. Vivió en La Habana hasta 1964 y luego regresó a México, donde siguió trabajando y difundiendo la verdad sobre la Revolución Cubana.
En 2004 publicó sus memorias bajo el título “Memorias del dueño del Yate Granma”, donde relató sus vivencias y anécdotas con los líderes cubanos. En sus visitas a la isla, solía ir al Museo de la Revolución, donde el yate Granma se conserva como una reliquia histórica. Su amistad con Fidel duró hasta la muerte de este en 2016.
Antonio del Conde fue un ejemplo de solidaridad y hermandad entre Cuba y México. Su apodo de “El Cuate” refleja el cariño y el respeto que le tenían los cubanos. Su muerte ha sido lamentada por el gobierno y el pueblo cubano, que no olvidarán su contribución a la causa revolucionaria.