El oro de su risa de Jorge Olmos Fuentes es uno de los nuevos libros de la colección Autores de Guanajuato de ediciones La Rana del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato. El libro fue publicado en diciembre de 2022 con una portada de Blanca Sánchez y un texto de contraportada del poeta José Antonio Banda, un autor joven que guarda con Olmos Fuentes filiaciones estéticas y un lazo de amistad.
Banda escribe: “En este libro, cruzado por múltiples momentos vitales, la risa es el canto que esconde el dolor por la muerte del padre, una suspensión del tiempo ante la tristeza de los días venideros, una detención ante la hartura por fatigar a diario la tierra con los pasos, desde el umbral de un otoño presentido; pero la risa es también el juego nocturno que revela el placer erótico (…) el sueño de la carne al saberse viva, al sentirse acariciada por una lengua de fuego que rasga y abrasa.
A veces elegíaco, próximo a la confidencia, Jorge Olmos no le da la espalda al dolor, prefiere entregarse a la luz del primer día, tiempo genésico en donde todo se halla en su sitio, como el amor doméstico que se instala en la memoria, nutriéndola del agua y el pan nacidos de la fuente o alegría de los cuerpos.
¿Qué es la poesía en estos poemas? La respuesta es una nombradía terrestre, una erotización del lenguaje que celebra la vida, que intenta revelarla, entroncándola con una sensualidad a veces mítica, a veces tierna, a veces láctea, como el murmullo de la luz sobre la cama”
La obra está dividida en una suerte de tres libros: “El oro de su risa”, “Encrucijada de cien caminos” y “Dicho en el umbral”.
El primero de ellos se divide a la vez en “Hálito nocturno”, dividido a su vez en ocho “horas” y cuya hora inicial dicta:
Esto es mi sueño
y en él escucho
mejor tu canto.
Es de agua
es de tierra
eres el aire mismo
fuego puro ese canto.
En “Tierra del corazón”, cuyo poema inicial reza:
Tenso el arco fino
Te invoco: respóndeme.
Eres el primer día
de la edad que falta.
Y en “Solamente lo ganado”, donde la voz alcanza cimas eróticas y sensuales y leemos en el poema “De uno a otro instante”:
Mi boca en tu pezón a propósito se demora
en su afán de grabar en los labios los pliegues
de la sugestiva protuberancia. Mis manos
están perdidas en el relieve de tu pecho
mi cara quiere hundirse en el valle displicente
abierto entre tus senos.
Por su parte, el segundo libro, que debe su nombre a un verso de Antonio Machado (“tuvo mi corazón encrucijada / de cien caminos todos pasajeros”), se divide en la sección “Encrucijada de cien caminos”, donde el poeta se detiene en “Una pregunta”, en “Los niños”, en una “Escena”, en las “Cabañuelas”, en “Alguien” y en “Una clara visión”, por mencionar algunos poemas.
En “El corazón vacío” que apareciera publicado hace ya años en forma de plaqueta con el título de Baladas un poco tristes y que abre:
De azul bruñidas
mientras el alma duerme
las horas pasan.
Y que continúa, dramáticamente:
¿Qué venenos he bebido, qué pócima?
Estoy en este mundo y digo
porque siento ‘no lo quiero’.
¿Será así también lo venidero,
acaso deba estar en otro sitio
e igualmente sienta no quererlo?
Sigue, en este orden, “Luz al paso lento”, un conjunto de poemas también anteriormente publicado acompañado de fotografías de los cerros de Guanajuato en los que la luz parece transcurrir con total parsimonia, vivificándose y muriendo con las horas. Este apartado se divide en 28 “días”.
Finalmente, el tercer libro se divide en “Soplo de qué viento” donde el poeta vuelve a afirmar su residencia terrestre y su diálogo con el dolor. En “Grano de pólvora”, donde se discute la figura paterna, su recuerdo y su ausencia en poemas como el siguiente:
Mi padre se llamaba
como un santo
que fue rey de Francia
y solía decir
que había nacido
el preciso día del año
en que el diablo andaba suelto
Y cierra con “Dicho en el umbral” que nos coloca justo en el umbral final del libro, pero en la posible proximidad con otros libros del autor, para que continuemos conociendo su voz.
Olmos Fuentes ha escrito otros libros de poesía y ensayo como Amor de arena (1993), En la propia tierra (2001), Música negra el enunciado (2005), Duelos de costumbre (2015) y Solo es tiempo (2022).