Mario Heredia nació en Orizaba, Veracruz, en 1961, Imparte talleres de narrativa y novela en la Sociedad Nacional de Escritores (SOGEM) y en el FCE. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Cuento Edmundo Valadés; también el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez, el Premio Internacional de Novela Sergio Galindo”, el Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano y en este año 2021 el Premio de Novela Histórica Claustro de Sor Juana/Grijalbo. Ha publicado los libros de cuentos: Los trece círculos del caracol (Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, 1993), A dos tintas (La Luciérnaga Editores, 1997), Un bosque muerto (Mantis Editores, 2003) y La geometría absoluta (Atípica Editorial, 2019); las novelas: Memoria de mis huesos (La Luciérnaga Editores,1999; Editorial Monte Carmelo, 2005), Estas celdas que soy (Mantis Editores, 2000), Las sagradas noches (Mantis Editores, 2003), Río Blanco (CECA/Editorial Monte Carmelo, 2008), La otra cara del tiempo (Secretaria de Cultura del Estado de México, 2009), Las machincuepas de Silvestre y su pierna biónica (Ediciones Arlequín, 2011), La santa imagen de Lucía Méndez(Ediciones Gerifalte, 2014); así como los libros de poesía: Los espíritus de la música (UNAM, 1999), El éxtasis violeta de Arthur Cravan (Traducción al portugués de Paulo Ferraz, Mantis Editores, 2014), Titanic (Traducción al inglés de Lawrence Schimel, Mantis Editores, 2015; traducido al alemán por Léonce W. Lupette, Mantis Editores, 2016) y Antes del oído (Universidad Autónoma de Querétaro, 2017; Traducción al inglés por Carlos Ponce Velasco, Mano Santa Editores, 2018). La geometría absolutaes su último libro de cuentos, (Atípica, ediciones, 2019). Su obra se ha publicado también en revistas nacionales e internacionales y ha presentado sus libros en Alemania, Sudáfrica, Marruecos, Portugal, Colombia y Ecuador. En este momento trabaja en su proyecto Orizaba, que consta de tres novelas y que fue merecedor de la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte 2019. Su novela El compañero imaginario de Marek Kotsky (Atípica, ediciones, 2020) se publicó en el mes de noviembre del 2020. Su novela histórica Hijo de tigre (Editorial Grijalbo, 2022), se publicará en el mes de febrero de este año.
1.- ¿Cómo visualiza el panorama literario de la ciudad de Guadalajara?
Sano, como siempre ha sido y como seguirá siendo. Hay una gran cantidad de gente escribiendo, haciendo revistas, publicando, asistiendo a talleres. Que el gobierno no apoye a los artistas no es algo nuevo; siempre ha sido así, pero eso no es un impedimento para que se siga creando. Es una necesidad, y más en estos tiempos tan extraños.
2.- ¿A qué edad inició a escribir literatura y cómo fueron estos inicios?
Leí mi primera novela a los ocho años: El príncipe y el mendigo, de Mark Twain. Fue un logro terminarla, pero desde ese momento me volví un vicioso de la lectura. Empecé a escribir quizá mis primeros poemas y cuentos como a los once años. Era una necesidad de expresarme, de tratar de crear maravillas como las que leía y que tanto me apasionaban. Aunque tuve una infancia bastante feliz, leer y escribir fue también un escape de esa realidad que no me llenaba, que me sofocaba muchas veces. Sentarme a escribir o escuchar música y cerrar los ojos: eso era todo lo que necesitaba. Por ejemplo, una ópera de la que no conocía el argumento, en italiano o en alemán, al ir escuchándola iba inventando la historia. Eso me apasionaba. Luego me daba cuenta que trataba de cosas completamente diferentes a lo que yo había imaginado. Al principio a nadie le enseñaba lo que escribía. Fue hasta los quince años que hice un pequeño librito de poemas, lo engrapé y se los regalé a mis amigos. Se rieron mucho de mí. Aunque siempre he parecido muy sociable, soy bastante tímido, y la literatura se volvió, desde entonces, mi refugio.
3.- De entre sus libros publicados, ¿cuál o cuáles le resultan más entrañables y por qué?
Todos, por diferentes razones. Pero si tengo que escoger, quizá Memoria de mis huesos, que fue mi primera novela y donde yo me siento demasiado presente. Fue una catarsis en mayúsculas. Cuando terminé esa novela, sentí que me había quitado una enorme piedra de encima. El personaje del contramaestre, un padre marinero muy cabrón, lejano, que visita a su familia una vez al año, y que espanta a su hijo Jesús, el protagonista, es quizá ese padre que siempre quise tener (mi padre fue una maravillosa persona, pero uno busca siempre algo más), esa imagen masculina que me ha seguido como una sombra. También La otra cara del tiempo. La historia de una fotografía que un fotógrafo encuentra en un libro de Faulkner, y la historia de ese muchacho que se deja guiar por un tío imaginario, que reinventa la voz de su abuela. Y aquí otra vez ese hombre fuerte y osado, parecido al contramaestre. Me gusta mucho la estructura de esta novela: dos narraciones que se entretejen, una que transcurre hacia adelante y otra hacia atrás. Hay un momento en que se cruzan, chocan. No la he vuelto a leer. De los últimos libros, La geometría absoluta siento que es un buen trabajo: los relatos me siguen conmoviendo, sorprendiendo sobre todo por el manejo del tiempo. Personajes homosexuales que traté de delinear muy sutilmente, que tratan de subsistir en diferentes épocas, que sufren la persecución social, religiosa, que cargan la culpa casi como un destino. En este momento estoy transcribiendo Río blanco, para el proyecto del Sistema Nacional de Creadores de Arte, y al volver a leer esta novela que escribí hace más de quince años, me sorprendo al descubrir muchas diferencias con lo que escribo ahora.
4.- ¿De qué trata la novela histórica Hijo de tigre que está a punto de publicar?
Esta novela narra la vida de Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de José María Morelos. No es una biografía como tal: es un juego donde narro, desde los últimos años de vida del personaje, tanto eventos que marcaron su vida, como eventos que sucedieron en la época de la independencia. Para contar estos últimos años de Almonte en Paris, utilizo todos esos huecos que no conocemos de su vida, para hacer una narración ágil y misteriosa, con suspenso y mucha nostalgia. En la vida no existen los traidores ni los héroes, solo seres humanos que reaccionan ante los acontecimientos que les toca vivir, influidos por su pasado, por sus complejos, su infancia, etc. La historia se ha portado muy injusta con muchos personajes.
5.- ¿Cuál es su idea personal del cuento?
Es la narración más perfecta, cuando se logra. Como muchos ya lo han dicho, coincido en que es un relato que encierra otra historia, la fundamental, la que sostiene el conflicto. Esa historia velada es la que el lector va a descubrir. Lo más interesante es que cada lector descubrirá, quizá, una historia diferente.
4.- ¿Cuáles son los temas que aborda en la poesía y cómo es su relación con ésta?
Mi relación con la poesía es de mucho respeto. Y no digo con esto que a la narrativa no se lo tenga; pero es un hecho que me siento menos seguro con mi poesía.
5.- ¿Cuáles son los poetas que más han influido en su poética?
Eso no puedo decirlo yo. Poetas que me apasionan son cientos. Desde Rimbaud hasta William Carlos William, Elizabeth Bishop, Charles Simic, Jorge Luis Borges. Y los poetas mexicanos, claro, y sobre todo leer a mis amigos poetas y emborracharme con ellos: Jorge Esquinca, Luis Armenta Malpica, Francisco Magaña, Vicente Quirarte; en fin, la lista sería interminable.
6.- ¿Qué poetas históricos y contemporáneos admira y por qué?
Como te lo dije antes, son cientos y sería muy aburrido nombrarlos en este momento.
7.- ¿Qué opina de la poesía de las nuevas generaciones?
Hay obras muy buenas, que me sorprenden, me conmueven, me apasionan. Como en todas las épocas, se tiene que buscar ese libro que es para uno. Siento que actualmente esta libertad para escribir y esta facilidad para publicar en redes, que muchos critican, es maravillosa. Claro, no todo me gusta, pero ese ya es mi problema. El gran artista que yo busco ahí está, siempre. Y es para mí muy gozoso descubrir a esos artistas jóvenes y lograr coincidir.
8.- ¿Qué recuerdos entrañables guarda de sus giras literarias por otros países?
Uf, sobre todo las noches: las noches en las cantinas, en los bares, descubriendo a nuevos colegas, escuchándolos, discutiendo de mil temas. Emborrachándonos, claro. Recuerdo mucho un encuentro de escritores en Playa del Carmen. Todas las noches, después de los eventos, un grupo nos íbamos a la playa y nos metíamos al mar hasta la madrugada, salíamos y nos tirábamos en la arena a beber y a platicar… También recuerdo una lectura en Tánger, en un lugar muy especial, como de otro tiempo, lleno de veladoras, donde una mujer leyó mis poemas en árabe y luego un hombre tocó la cítara. Y, bueno, tantos momentos. En Lisboa escuchando a Nuno Júdice leyendo nuestros poemas y luego cenando en casa del gran Antonio Sarabia. Haber conocido a tantos escritores a quienes admiro, haber compartido con ellos mis lecturas, en fin.
9.- ¿Qué es lo más difícil de dedicarse profesionalmente a la literatura en un país como México?
Que te publiquen y recibir la remuneración económica que te permita dedicarte al cien por ciento a escribir. Son pocos los que lo pueden hacer. Pero esto no sucede sólo en México: sucede en todo el mundo y ha sucedido siempre. Muchos colegas de otros países se sorprenden, por ejemplo, con las becas que el gobierno mexicano da a los artistas, y que no existen en otras partes.
10.- Como tallerista, ¿cuáles son las estrategias que utiliza para orientar a sus alumnos en el quehacer y la técnica literarias?
Mis talleres se basan en los textos que llevan los alumnos: se analizan, se critican y, con base en lo que se encuentra en ellos les doy teoría. Siempre trato de respetar su estilo. Obviamente, lo más importante es que lean; recomendarles lecturas es mi deber, así como motivarlos a leer y leer y leer. Con los años cada vez me siento menos apto para dar talleres. No sé…
11.- ¿Puede hablarnos sobre su proyecto de trilogía Orizaba?
El proyecto Orizaba consta de tres novelas. Parte de la trama de esas tres novelas sucede en esa ciudad, mi ciudad, donde nací. Ese es el principal hilo conductor del proyecto. La primera novela se desarrolla durante la huelga de inquilinos en el puerto de Veracruz en 1925. Quien narra la historia es una prostituta vieja, que también cuenta su infancia en Orizaba, su relación con Orozco y el Dr. Atl, quienes entonces trabajaban con las brigadas rojas en la ciudad. Esta historia se complementa con otra historia, la del escritor que va a escribir la historia de tres hermanos de Orizaba, que viajan por el río Papaloapan recuperando sones jarochos. Paul Strand, Moncayo, Blas Galindo, son personajes que aparecen también. La segunda es sobre los inmigrantes europeos en Orizaba. Hay una mujer, nieta de un empresario sueco, que le va contando su historia a su fantasma, mientras lo pinta. Entre cada capítulo, surgen historias, voces de otros personajes que llegaron a Orizaba en diferentes épocas, como un general alemán que llegó con Maximiliano a México, una mujer catalana que tuvo que huir de España por el franquismo, un relojero, una mujer belga que se refugió en Orizaba siguiendo a un amante marinero, en fin. Todos estos personajes son reales, pero yo novelizo sus vidas, tratando de encontrar en ellos el por qué Orizaba es una ciudad tan diferente al resto de las ciudades de México. Y la tercera es Río blanco, la cual ya había publicado y ahora estoy reescribiendo. Esta novela habla de la famosa huelga que, junto con otros acontecimientos, dio pie al inicio de la Revolución mexicana.
12.- ¿Tiene hábitos, rituales, horarios y lugares particulares a la hora de escribir?
Escribo diario mínimo dos a tres horas. Pueden ser en la mañana o en la tarde. Eso es todo.
13.- ¿De dónde obtiene el material para sus poemas? ¿Qué lo inspira o motiva a escribir un poema?
La vida, todo lo que sucede a mi alrededor: una lectura, una abeja, una mujer que camina por la calle, una noticia del periódico.
14.- ¿Cómo suele ser el proceso creativo de sus novelas?
¿Cómo nacen? No sé si sea cierto que los escritores siempre estamos escribiendo el mismo libro, pero lo que es un hecho es que una historia empieza formarse en mi cabeza; siempre hay un detonador, un pico que al golpear da con el punto exacto donde hay que excavar. A veces, al estar escribiendo un cuento, me doy cuenta que no es un cuento, que va más para convertirse en novela; a veces un personaje es el que me guía o una anécdota que alguien me cuenta. Todo esto me lleva a lo que, creo, mi inconsciente está buscando. Por eso luego los personajes cobran vida propia. Primero escribo sin pensar en la forma, como un vómito. Fernando del Paso me dijo un día: primero escribe, escribe hasta cansarte, luego lee lo que escribiste y empieza a darle forma. Y eso hago.
16.- ¿Qué está leyendo actualmente?
Estoy leyendo cartas: la correspondencia de Stefan Zweig con Herman Hesse, y de Zweig con su esposa; también la correspondencia de Tolstoi. Acabo de terminar la novela Las malas, de Camila Sosa Villada, que me sorprendió gratamente. Estoy leyendo a Max Aub, y volviendo a leer a Marguerite Yourcenar,;bueno, a ella nunca la dejo de leer por mucho tiempo. Y de poesía siempre estoy releyendo a los mismos poetas. Y libros de poetas jóvenes que mis amigos me regalan.
17.- ¿Cómo incidió la pandemia en su escritura o quehacer literario?
No lo sé; no creo que nadie pueda contestar esa pregunta en este momento. Se necesita distancia, si es que vivimos, para poder analizar este fenómeno.
18.- ¿Qué consejo les daría a los jóvenes que quisieran incursionar a la literatura como proyecto de vida?
Si les apasiona, adelante. Es la vida más apasionante. Entonces no les va a importar no poder publicar tan fácilmente y tener que trabajar de otras cosas para poder escribir. Si no les apasiona, que busquen otra forma de vida: hay tantas. Pueden ser bailarines, pueden ser jardineros, abogados, políticos, pintores, diseñadores de modas…
19.- ¿Qué opina de los rótulos “gay”, “homoerorismo” o “de la diversidad” para etiquetar la literatura? ¿Considera que son necesarios como estrategia política? ¿Qué tanto pueden ser reductivos?
Creo que los críticos tienen que utilizar este tipo de rótulos, como les llamas; también cuando eres activista. Pero a mí no me parece que el escritor se tenga que etiquetar, el escritor escribe, y eso ya es demasiado trabajo. Aunque cada quién es libre de hacer lo que quiera. Por ejemplo, la novela que te comentaba de Las malas es una muy buena novela, más allá que la haya escrito un transexual. Claro, quizá el que se diga que la escribió un transexual sirvió para que se publicara más fácilmente. No sé, es tan difícil para el escritor que lo lean que, en ese caso, creo que nos podemos valer de cualquier cosa para ser leídos. Pero que los escritores no me digan que se etiquetan porque quieren luchar por la comunidad LGBT, porque quieren ayudar a sus compañeros: eso no siempre es cierto. Habrá algunos, quizá.
20.- ¿Cómo ha sido su experiencia publicando con Mantis editores, una de las editoriales independientes mexicanas de mayor prestigio?
Pues ha sido una de mis experiencias más entrañables dentro de la literatura. A Luis Armenta Malpica lo considero, además de uno de mis mejores amigos, un gran poeta y un gran editor. Tuve el privilegio de ser de los pocos a los que esta editorial publicó narrativa: tres libros. Y el trabajo fue muy gozoso. Luego me publicaron dos libros de poesía. Luis, como editor, es la persona más profesional y generosa que conozco. Se involucra al cien por ciento con el libro a publicar. Discutimos mucho, casi nos peleamos, pero el trabajo en conjunto ha dado como resultado buenos libros, creo yo. Sí, una gran experiencia trabajar con Mantis. Y un orgullo estar dentro de su catálogo.