Ante estas ondas de calor que se han registrado en el país, afectando al estado de Veracruz, y ante las altas temperaturas registradas estos días, es usual perder más líquidos del cuerpo debido al exceso de sudoración. La deshidratación es un problema asociado a veranos intensos, también debido a que en esta época son más comunes las enfermedades gastrointestinales que implican diarrea y/o vómitos, lo cual nos hace perder mucha agua y con ella muchos electrolitos indispensables para el balance de la energía que produce el cuerpo.
Expertos aseguran que los síntomas de la deshidratación son: debilidad, fatiga crónica, ausencia de micciones o micciones de poca orina, confusión, boca seca, irritabilidad, estreñimiento, palidez en los ojos, sequedad de la piel, dolores de cabeza y mareos o vahídos, sobre todo al pararse bruscamente de la cama.
Estar bien hidratado es especialmente importante en estudiantes y deportistas, debido a que esto permite una mayor concentración, así como mayor rendimiento. Es falso que las bebidas deportivas sean las más indicadas para tratar la deshidratación pues, además de resultar caras, generalmente contienen exceso de azúcar que se asocia con otros problemas metabólicos que es mejor evitar.
No hay mejor forma de recuperar el balance electrolítico del cuerpo, si se presenta alguno o varios de los síntomas indicados o se ha orinado con mucha frecuencia debido al abuso del café o de diuréticos como los tés verdes o la Jamaica, que los electrolitos orales, los cuales son fáciles de conseguir en una farmacia, ya sea en forma de líquido o en el típico sobrecito. El precio de 755 mililitros de electrolitos orales en líquido ronda los 35 pesos, mientras que en polvo es de sólo siete pesos y rinde un litro.
Al estar bien hidratado tendrás un día más en equilibrio y te sentirás con más energía, destreza mental y buen humor. Sin embargo, ante la deshidratación aguda o crónica, no siempre tenemos a la mano una farmacia para adquirir electrolitos. Por lo que debemos saber que siempre podemos preparar nuestra propia bebida de electrolitos que nuestros padres o abuelos suelen llamar suero.
La forma de prepararlo es la siguiente: en un litro de agua hervida o potable agregar una cucharadita de sal de mesa, preferentemente de grano también llamada de mar, ya que no es procesada industrialmente; luego agregamos una cucharada sopera colmada de azúcar o dos chicas al ras, o sea, unos 20 gramos; se recomienda que el azúcar sea morena, es decir, no refinada, ya que éstas azucares producen bajones y daños metabólicos a largo plazo; finalmente, agregar media cucharada de bicarbonato de sodio comestible. Los que lo prefieran, pueden sustituir las dos cucharadas de azúcar por miel de abeja. Los diabéticos deben abstenerse de poner azúcar a su suero, o ponerle una dosis mínima bajo supervisión de su médico de cabecera de acuerdo a la gravedad de su caso y la medicación que esté llevando. Para darle un mejor sabor, se puede agregar el juego de un limón.
Este suero casero debe tomarse a tragos espaciados. Puede tomarse como agua de uso, siempre y cuando no se excedan los dos litros al día, ni se beba por periodos prolongados, ya que esto puede ser contraproducente al causar otro tipo de desbalance electrolítico, no por defecto, sino por exceso, y producir diarrea, lo cual puede generar una nueva deshidratación.
El suero casero tiene una duración de vida de veinticuatro horas. Puedes refrigerarlo para conservarlo mejor y que te sea más refrescante. Luego de 24 de horas, si no se ha tomado, es mejor tirarlo y preparar nuevo.
También puedes acercarte a tu centro de salud gubernamental y pedir en el área de medicina preventiva una dotación del clásico “Vida suero oral”, un suero muy efectivo que incluso pueden usar los niños y los bebés. Es importante aclarar que estos sueros orales no son preventivos, y sólo se deben tomar ante un cuadro de deshidratación.