Este año fue reeditado el poemario Coffe shop Amsterdam, del icónico y prolífico escritor Rubenski Pereira, a cargo de la editorial española JustFicticion. La primera edición se publicó en México, en Editorial Letras Vivas, en 2011. El libro contiene una treintena de poemas. Según Wikipedia, este libro se articula en torno a una búsqueda personal en forma de viaje geográfico y espiritual para ir a seguir el rastro del emblemático pintor Vincent Van Gogh. En tal sentido, cobra significación el epígrafe que abre el libro: “¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”, del mismo pintor. El libro está fechado en los Países Bajos en 2010, luego de cinco días de estar en Amsterdam. Pereira, influido en el Romanticismo que estuvo siempre interesado por el desplazamiento del alma y del cuerpo por el mundo, es un poeta viajero. En su canal de Youtube muestra videos de estancias en múltiples países del mundo. Las últimas publicaciones de Pereira, como su novela contracultural Hoyos funky (2022), merecedora del Premio Ethel, lo hacen un autor de indudable relevancia nacional.
Según el afamado Guillermo Samperio, quien fue el autor del prólogo, esta obra destaca por su reticencia, signo distintivo de la verdadera poesía que se entrega sin nunca entregarse del todo. Palpitante, la poesía de Pereira, en este y en sus otros poemarios, es “sentimiento, pasión, luz o razón fecundada”. Algunos temas son recurrentes: como el uso de la querida cerveza para ensanchar el espíritu y hacerlo más influenciable por la marea del misterio del cosmos, esa magia incomprensible que nos habla con su propia magia de sensaciones que la poesía cifra en símbolos que son y no son una aprehensión de esas realidades. En Pereira, como en los grandes poetas simbolistas, corriente de la que también abreva, “la sangre brilla y se exalta”. Según Samperio, “El viaje es entonces trayecto hacia la riqueza de lo descubierto”: un puñado de símbolos alquímicos que anuncian dimensiones superiores donde el entendimiento se hace por medio de la intuición.
Pereira es un poeta que entiende muy bien el día, su tórrida claridad, pero que se mueve mejor en la noche. Es esencialmente noctámbulo. La noche lo llama como una nodriza que lo amamanta con palabras, que él transmuta en versos. Los espacios nocturnos en este poemario abundan y dan la pauta al deseo, al erotismo, a la aventura, a la espera de un nuevo día para continuar con la inquietud de arrojarse siempre más allá. No importa que, en este curso, el poeta pueda ser (auto)destruido, porque “el poeta crea cuando es destruido”: su propio fuego interior lo quema y consume, dejando como rastros hermosas construcciones lingüísticas para regocijo e iluminación de la humanidad. Porque, según Samperio comentando a Pereira, “el poeta sabe todo de todo a todas horas”. El conjunto, no obstante, produce un punto de fuga que nos dispara al corazón del universo, para beberlo de un sorbo.
El poemario se compone de resplandores e intensidades, con un lenguaje florido y con títulos sugerentes como “Desprendimiento”, “De viaje”, “Solitario”, “Explosión”, “Estampas de la ciudad” (con hitos como la casa de Anna Frank, la Casa Museo Rembrandt, la Zona Roja) y “Bajo la lluvia”. Será en “Paulus Potterstraat No. 7” donde el poeta se enfrente con el dramatismo del color y las figuras de Van Gogh y, a través de la ecfrásis (representación verbal de una imagen), nos trasmita toda la carga afectiva, tensa y casi religiosa hasta las lágrimas, a propósito de obras como Los comedores de patatas, Los girasoles y Un par de zapatos. La impresión es honda y amerita continuarse. Por lo que en el poema inmediato, “Los girasoles”, se elabora un trabajo de diálogo profundamente humano, en el que inevitablemente está la pisada de la muerte. Hasta aquí vamos a la mitad del poemario. El resto queda como recurso de lectura y placer.
Coffe shop Amsterdam es un libro que nos convoca, a partir de lo concreto del moverse entre paisajes, hacia “los filamentos de lo sobrenatural. “El viaje dentro del viaje”. Recomendadísimo.
El autor